Limpie las fresas y licue con la guinda, la leche, el hielo y el azúcar. Sirva colando en una copa grande. Espolvoree canela y decore con una fresa al borde de la copa.
Las guindas se consiguen más frescas en verano. Aún así, podemos deleitarnos de su apetitoso sabor desde fines de abril a mediados de agosto.