Antes de satisfacer el gusto, piénsalo dos veces. Muchas veces, es difícil evitar estas comidas porque los mismos componentes que las hacen dañinas son los que las hacen atractivas al paladar. Sin embargo, las consecuencias para tu salud podrían ser negativas. Conócelos y decide tú mismo el espacio que les darás en tu dieta.
1. Carne procesada. Nos referimos particularmente a los embutidos de baja calidad y a las “carnes” alternativas, como, por ejemplo, los nuggets y hamburguesas precocidas. Estos productos son ricos en sodio y grasas saturadas, y pobres en nutrientes y proteínas.
2. Salsas empaquetadas. El ketchup, la mostaza, la mayonesa, los aderezos y las vinagretas industriales son altos en azúcares, jarabe de maíz y glutamato monosódico. Este último es muy popular en los alimentos procesados, pero debe recordarse que su consumo exacerbado puede ser nocivo puesto que se trata de una neurotoxina que daña nuestro sistema nervioso, y provoca dolores de cabeza, náuseas, espasmos, alergias e irregularidades cardíacas.
3. Frituras comerciales. Sí, adivinaste, todas aquellas de la industria “fast food”. Estas contienen aceite hidrogenado, una variedad de aceite vegetal tratado que se usa para conservar por más tiempo los alimentos y que es rico en grasas trans (las cuales pueden ocasionar obesidad y problemas cardiovasculares).
4. Gaseosas. Tanto en sus versiones regulares como en las dietéticas, contienen una buena cantidad de calorías vacías. Además, poseen toda clase de aditivos y tienen cantidades muy altas de azúcar.
5. Snacks comerciales. Toda la gama de productos empaquetados salados incluyen altas cantidades de sal, lo que puede elevar los niveles de presión arterial y favorecer la retención de líquidos. Además, la mayoría de estos snacks son cocinados en aceites parcialmente hidrogenados, lo que proporciona una dosis directa de grasa trans a tu cuerpo.