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Del fogón a la mesa: el legado de la picantería La Lucila

Conoce la herencia de una de las picanterías más famosas de Arequipa

Del fogón a la mesa: el legado de la picantería La Lucila

Escribe: María Claudia Patiño (@mcps91)

 

Dentro del distrito de Sachaca, en Arequipa, se encuentra una de las picanterías más importantes de nuestro país, la misma que hace más de cien años fundó la recordada Lucila Salas. Fueron su extraordinaria sazón y su dedicación las que la convirtieron en un ícono de la cocina de esta región. En el 2012, luego de su fallecimiento, el restaurante quedó a cargo de sus cinco hijas, quienes continuaron utilizando el mismo fogón que utilizaba su madre. Como comenta la señora Gladys, una de las herederas, su familia ha trasmitido el amor por la cocina de generación a generación: “Nosotras somos la tercera generación, si contamos a mi abuelita Andrea Valencia, que fue la que le enseñó a cocinar a mi madre. Así que vamos a tratar de conservar esa tradición y ese sabor que ambas nos dejaron”.

Su más preciado secreto: conservar las tradiciones arequipeñas. Es decir, emplear el batán para moler el rocoto, cocinar a la leña para lograr ese toque ahumado, y continuar usando los utensilios de siempre: tinajas, chombas y cucharas de palo. Asimismo, como lo señaló reiteradas veces la señora Lucila, y hoy lo hace su hija Gladys, los platos que ofrecen son completamente naturales y no muy condimentados. Únicamente, los sazonan con ají, ajo y sal.

Este año, como buenos arequipeños, la familia Salas trae a Mistura su inigualable rocoto relleno y un insuperable camarón a la parrilla, con especímenes traídos desde el río Majes, en los valles de la región. Y para acompañar, la sonrisa y atención que solo se consigue en los locales familiares de tradición, tal y como les inculcó a sus hijos doña Lucila, desde sus inicios.