Por Talía Lanata
Si bien el arroz blanco contiene muy pocos nutrientes además del almidón, el integral, por su parte, aporta muchos beneficios a nuestro organismo.
El consumo regular de este cereal ayuda a prevenir enfermedades cardíacas, la diabetes y algunos tipos de cáncer. Esto se debe a que es una excelente fuente de fibra, lo que significa que ayuda a reducir el colesterol malo y a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre.
El arroz integral también contiene proteínas y vitaminas del complejo B, esenciales para convertir nuestros alimentos en energía y mantener nuestro sistema nervioso sano.
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition señala la importancia de escoger granos integrales (como el arroz integral) en lugar de sus versiones refinadas (el arroz blanco) para ayudar a mantener un peso saludable. En esta investigación del colegio médico de la Universidad de Harvard se concluyó que el sobrepeso está inversamente asociado al consumo de cereales ricos en fibra. No solo se comprobó que las mujeres que consumían granos integrales con regularidad pesaban menos, sino que también tenían menos riesgo de subir de peso en comparación con las mujeres que consumían habitualmente granos refinados y sus derivados (arroz blanco, pasta blanca, pan blanco, etc).
Para mantener un control de la cantidad de calorías provenientes de los carbohidratos en un plato, no se debe mezclar distintas fuentes de almidón a la vez. Por ejemplo, es mejor no combinar arroz con papas (algo muy típico en nuestro país) o quinua con arroz. Esta última mezcla es muy común pues mucha gente piensa que la quinua es una menestra, cuando en realidad es un cereal, al igual que el arroz, por lo que no debe unirse en el mismo plato junto con otro cereal.
